La Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) definió, en su Plan de Desarrollo Educativo 2020-2024, como una de sus líneas prioritarias de acción el fortalecimiento de la profesión docente.
En tal sentido, el Consejo Directivo Central (CODICEN) de la ANEP aprobó el Marco Curricular de la Formación de Grado de los Educadores y los Planes de Formación de las carreras de grado desarrolladas por el Consejo de Formación en Educación: Maestro de Primera Infancia, Maestro de Educación Primaria, Profesor de Educación Media, Maestro Técnico y Profesor Técnico y Educador Social.
El currículo de la formación pone centro en los aprendizajes, sostenido desde el Paradigma del Aprendizaje Permanente y un diseño curricular en base a un Modelo Competencial. De esta manera, el perfil de egreso de los educadores se construye orientado por el desarrollo de nueve competencias de los Profesionales de la Educación y enmarcado en funciones y características que retoman aspectos identitarios de la profesión y los equilibran con el abordaje de desafíos y demandas actuales:
De esta manera, la formación de grado de los educadores se sostiene en la normativa vigente y se vincula especialmente al Marco Curricular Nacional (MCN) definido por la ANEP.
El año lectivo 2023 inicia con la implementación, en primer año de todas las carreras de grado del CFE, de los Planes de Formación aprobados.
Por primera vez, todas las carreras de grado para los educadores se desarrollarán compartiendo un marco de formación a partir del cual se diversifican los planes de las carreras y que, en atención a problemáticas señaladas en los últimos tiempos, presenta características significativas como:
- Trayectos formativos con unidades curriculares vinculadas entre sí desde el aporte al desarrollo de las competencias del perfil de egreso, con contenidos vinculados a disciplinas y campos de saber que se definen en función de dicho perfil evitando enfoques enciclopedistas.
- Creditización que favorece la navegabilidad y el reconocimiento de todos los espacios y tiempos formativos de los estudiantes con el consiguiente aumento de horas destinadas a ello.
- Espacios para el desarrollo de procesos de enseñanza, de aprendizaje y de evaluación interdisciplinarios con base en metodologías de aprendizaje activo y contextualizados a los diferentes territorios, entornos y realidades colectivas e individuales.
- Evaluación competencial integral, procesual, formativa, colectiva, compartida y de acuerdo a una progresión explícita de los distintos niveles de desempeño. El centro de la evaluación es el nivel de desempeño de cada una de las competencias, y no cada una de las unidades curriculares y/o sus contenidos de manera exclusiva e independiente.